Así se llama en lenguaje internacional al paisaje sonoro: todo lo que suena en un lugar y alguien lo escucha. El sonido también es cine, a tal punto que hay cine sin imagen, puro sonido – como Wochenende. Estuve demasiado tiempo fuera muestra el puente entre el cine y la música. Empezó en el diseño de sonido para el corto Ruido y terminó en composición musical, dos recorridos diferentes para el «mismo» material sonoro.
Podemos subvertir la costumbre y aceptar la invitación de Russolo a que «atrevesemos una ciudad moderna con las orejas más abiertas que los ojos y disfrutaremos distinguiendo los reflujos de agua, de aire o de gas en los tubos metálicos, el rugido de los motores que bufan y pulsan con una animalidad indiscutible. (…) Nos divertiremos orquestando idealmente juntos el estruendo de las persianas de las tiendas… el rumor y el pataleo de las multitudes…» (Luigi Russolo, El arte de los ruidos, Manifiesto Futurista, 1913).