¿Cómo suena el dolor? ¿Cómo sonarían la soledad y el miedo en la dureza de la post guerra civil? ¿Cómo va a sonar esa cárcel de mujeres atestada de miedo, enfermedad y muerte? Hay que echarle imaginación, sumarle lo escuchado en otras películas y entender el sonido que el director tiene en la cabeza. Benito es un artista con ideas muy claras sobre lo que quiere pero también es muy abierto a todos los aportes, rescata lo que le sirve para ir modelando la obra sin perder la unidad que tiene en su concepción. Siempre es difícil entender qué idea tiene el director, qué imágenes y sentimientos lo acompañan para poder sintonizar y hacer el sonido de esa película que es suya. En este caso, la reconstrucción de época sumada a las sensaciones de desamparo y miedo: el descubrirse solo ante el horror de lo que acontece… Esa realidad tenía que sonar.
Y empecé a esculpir. A partir de la piedra en bruto que es la primera propuesta de sonido que hacemos, hay que pulir, tallar, cincelar hasta llegar al sonido que cada plano necesita.
Mis mejores deseos para La voz dormida, que la vea mucha gente, que escuchen esa voz que cuenta, como ninguna hasta ahora se animó, esa parte de la historia de España que no es posible ni deseable olvida
