Hay dos partes en ma ma explica su director: la primera ma es una historia de superación, la segunda ma es una tragedia incontestable. La película surge de una escultura que Medem vio una sola vez en el Museo de Arte de Düsseldorf en el año 2006 y nunca más volvió a ver, ni siquiera fotografiada en internet. La escultura era la Brozen frau nº6 de Thomas Shütte, «una mujer de bronce que se arrastraba de dolor mientras por dentro parecía invadida por una masa de muerte y otra de vida (…) Nada más regresar a España, a aquella criatura sufriente con forma de loba la llamé Magda, y en torno a ella empecé a escribir un guión en el que al mismo tiempo existía en sus entrañas un maligno que la destrozaba desde su pecho de mujer, el cáncer, y una hija que iba creciendo dentro de su útero.» Y dejó que la historia durmiera en un cajón durante siete años hasta que se lo dio en mano a Penélope Cruz.
El trabajo de sonido presentó dos desafíos importantes. Uno estético, acompañar la sensibilidad con la que se cuenta la historia. Para apoyar los momentos de miedo de Magda los efectos sonoros debían ser muy sutiles; la cámara los muestra girando siempre hacia la izquierda y el sonido se resuelve en pitidos agudos que van ralentizando y atenuando hasta hacer desaparecer todos los otros ruidos y luego, como en danza con la cámara que vuelve, van volviendo también los ruidos del ambiente. El otro desafío era técnico. El rodaje se realizó en situaciones muy desfavorables para el sonido directo y fue muy difícil crear un clima intimista, de mucho silencio, en las escenas del hospital, el apartamento de la playa o el patio de la casa que tenían mucho ruido de fondo. Por suerte formamos un buen equipo con Ismael Calvo Delgado y el mezclador Sito Rasposo más la buena disposición de la gente de Ad Hoc, el estudio de mezcla, que nos dio todo el tiempo que necesitábamos.
Aquí el trailer y más info sobre la película.